¿Qué es el erotismo? – Si lo
buscáramos en el diccionario, el significado está claro: Amor sensual.
Pero ¿qué entendemos nosotros por
erotismo?... Ahí está la gracia de todo lo que vamos a empezar a desarrollar en
este blog.
Si nos adentramos en ese mundo,
lo primero que tenemos que saber es que existe una relación evidente entre la
sensualidad, la sexualidad y la capacidad de atracción entre los seres humanos.
Aunque sabemos que el erotismo va
más allá de la mera sensualidad, hay una relación muy estrecha entre ambas. Podemos pasar de un
erotismo inocente (una mirada profunda y sostenida en un momento determinado,
rozar la piel de la persona deseada como por equivocación…) a un erotismo mucho
más íntimo y sexual.
El erotismo es un dispositivo complejo
que abarca componentes de lo subjetivo y lo social que genera atracción sexual
pudiendo canalizarse de manera adecuada para lograr una completa satisfacción
de las personas siempre y cuando no afecte de modo negativo a otras.
Sobre la sensualidad se podría
explicar como la cualidad de una persona que provoca atracción o reacción
emocional de otra, bien sea deseo sexual, excitación, … En general, las
personas que poseen un fuerte potencial sexual tienen una sensualidad muy
acusada, si bien en muchos casos, ellos mismos no se dan cuenta del magnetismo
personal que se desprende de estas personas siendo muy envolvente, y al entrar
en contacto con ellas puede sentirse absorbido. Este poder sensual proviene de
la energía sexual, los sentimientos y el magnetismo personal, es decir, de la
personalidad de cada uno.
A partir de ahí podemos incluso
hablar de los procesos bioquímicos que generan lo que todo el mundo conoce como
amor. Según algunos estudios parece ser que antes de que una persona se fije en
otra ya ha construido un mapa mental que determina lo que le hará enamorarse
de ella o no. La cascada de reacciones emocionales viene determinada por
ciertas hormonas y otras sustancias activas, y son las culpables de que una
pasión amorosa descontrole nuestra vida y explican buena parte de los signos
del enamoramiento. Cuando encontramos a la persona deseada, desde el primer
momento se dispara toda esa cascada de reacciones y a través del sistema
nervioso el hipotálamo envía mensajes a las diferentes glándulas del cuerpo
determinando que las glándulas suprarrenales aumenten la producción de
adrenalina y noradrenalina, aumentándose la frecuencia cardíaca, liberándose
grasas y azúcares para aumentar la capacidad muscular y generándose más
glóbulos rojos a fin de mejorar el transporte de oxígeno. Es decir, el amor es
un proceso bioquímico que se inicia en la corteza cerebral, pasa a las neuronas
y de allí al sistema endocrino, dando lugar a respuestas fisiológicas intensas.
Pero independientemente de todas estas respuestas físicas, existe un claro
concepto de afinidad entre seres humanos que somete el apego y el afecto con el
deseo y la compenetración entre ambos. Las emociones asociadas al amor pueden
ser extremadamente poderosas, llegando incluso a ser irresistibles pudiendo
llegar a colmar a la otra persona de satisfacción y felicidad extrema.
Pero todos los sentimientos que
se han expresado aquí, terminan en un camino: el deseo que existe entre dos
personas, en un momento y situación determinados, y la
sensación de querer continuar con ese estado de deseo.
Si el deseo es en un instante
preciso pero poco a poco se va evaporando, podemos decir que fue un deseo
espontáneo, casual… Pero si ese deseo permanece, y a medida que se va
conociendo a la otra persona puede ir incluso aumentando… Podemos hablar de una
mezcla de todo lo dicho: sensualidad, erotismo, sexualidad, excitación,
atracción y ganas de seguir sintiendo todo esto…. Si, muy a tu pesar, habrás
traspasado el muro de hormigón que supone encontrar una persona que coincide
con tu mapa mental de lo que estabas buscando.
En ese preciso momento te das cuenta de que si construyes
una relación basada en todos estos sentimientos, puedes conseguir un estado de
bienestar comúnmente llamado felicidad. Pero para todo esto hace falta
paciencia, confianza en uno mismo y esperar a que suceda lo inesperado: el
deseo muere automáticamente cuando se logra; el amor, en cambio, es un eterno
insatisfecho…
Para poder construir todo este
estado de bienestar y que jamás se pierda, os propongo un viaje a través de una
de mis pasiones, la cocina, y como llegar a conseguir sorprender, enamorar, y
por qué no, que la otra persona e incluso nosotros mismos lleguemos a
estar más receptivos desbloqueando nuestros prejuicios (normalmente adquiridos
desde pequeños), miedos e inseguridades para poder disfrutar de momentos
mágicos y llenos de EROTISMO ENTRE FOGONES….
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